“La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación engloba al mundo” (Einstein)
“La matemática es la lógica de la imaginación” (Leibniz)
La Imaginación
La imaginación es la facultad humana más importante porque es una facultad del alma. El alma es una chispa divina, el núcleo indestructible, eterno y atemporal del ser humano. El alma se reviste de cuerpos para manifestarse en los diferentes planos. El alma consiste en conciencia e imaginación.
La imaginación es una facultad del alma, como la conciencia. La conciencia se reviste de imaginación. Donde está la imaginación ahí está el alma porque la conciencia se reviste de imaginación.
Por lo tanto, la imaginación está en un nivel superior al mental. Siguiendo el principio de causalidad descendente, es imposible pensar sin imaginar. Los pensamientos están siempre soportados por imágenes.
En general, los filósofos han prestado menor atención a la imaginación que a otras facultades humanas. Se han centrado principalmente en la razón, la facultad estrella de la filosofía. Se considera que lo específicamente humano es la racionalidad. La imaginación se ha reducido a lo irracional o a la mera fantasía o ilusión.
Para Hume, la imaginación es una facultad generadora de ideas complejas a partir de otras ideas. La imaginación genera ideas pero no creencias. La razón relaciona ideas, pero no crea nuevas ideas. “La memoria, los sentidos y el entendimiento están todos ellos fundados en la imaginación”.
En los últimos tiempos, la imaginación ha saltado al primer plano, por encima de lo racional, gracias principalmente a filósofos como Jung, Corbin y Hillman. Para estos autores, la imaginación es una facultad capaz de penetrar más profundamente que cualquier pensamiento racional, conceptual o abstracto.
Características de la imaginación
Fundamentación.
La imaginación va asociada a la libertad, a la conciencia y a lo universal.
“Hay una sola cosa: la imaginación, que subyace tanto a las ideas como a las cosas” (Schelling).
“La imaginación lo es todo” (Einstein).
“La imaginación es la naturaleza” (Goethe).
Visiones del mundo.
Hay muchas visiones del mundo, pero todas ellas están dentro del marco imaginativo.
Imaginación productiva vs. Imaginación reproductiva.
La imaginación productiva es la generadora de imágenes que no han sido previamente experimentadas. La reproductiva es la asociada con la memoria.
Generación de imágenes.
Cuando pensamos estamos generando imágenes. No pensamos en palabras, pensamos en imágenes. No hay “imágenes mentales” porque la mente no produce imágenes. Tampoco las imágenes se ven con “el ojo de la mente”.
Una palabra o frase (oral o escrita) produce en el receptor imágenes. “Pronunciar una palabra es como tocar una tecla en el piano de la imaginación” (Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas).
Conocimiento y significado.
La imaginación es la facultad que nos permite conocer. La cognición humana está basada en la imaginación. “Todo es conocido vía el alma, que es nuestra naturaleza primera” (Ficino). El significado emerge de la imaginación.
Cerebro y mente.
El cerebro no distingue entre lo real y lo imaginado. El cerebro no conoce el origen de las imágenes porque proceden de un nivel superior. Los circuitos cerebrales implicados son los mismos. En neurología se ha comprobado que cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro, pero cuando imaginamos el objeto con los ojos cerrados, la actividad cerebral es idéntica, las mismas redes neuronales están implicadas.
Tampoco la mente distingue lo real de lo imaginado. Razonamos con lo imaginario de la misma forma que con lo real. Los filósofos lo denominan “código común”.
Otro ejemplo son las neuronas espejo, que se activan cuando observamos una acción, exactamente igual que cuando somos los ejecutores de dicha acción. Y esto es así porque: 1) Lo real es una forma de imaginación, una imaginación inducida o exógena, frente a la imaginación interna o endógena; 2) La imaginación es el soporte de la conciencia.
Presente, pasado y futuro.
Con la imaginación estamos creando la realidad presente y futura. Recordar es también imaginar. Nada puede ser creado sin haberlo imaginado primero. “Vi el ángel en el mármol y lo esculpí hasta que lo liberé” (Miguel Ángel).
La verdadera realidad.
La imaginación es la verdadera realidad, pues está en el nivel superior. Lo que denominamos “real”, el mundo físico, es “imaginación inducida” por el mundo físico a través de la percepción.
El mundo imaginal es un mundo interno, y es mucho más rico que el mundo externo que llamamos “real”.
Lo imaginario puede ser más fuerte o intensa que la experiencia real. La experiencia real sucede solo una vez en el espacio-tiempo. Una imaginación puede ser repetida innumerables veces.
La imaginación nos permite relativizar y trascender el mundo real, pues éste es sólo uno más entre los infinitos mundos posibles. La imaginación nos hace virtualmente libres de las limitaciones del mundo real, incluso las limitaciones de la lógica y la razón. La imaginación es más poderosa que la voluntad.
El poder de la imaginación.
La imaginación tiene un enorme poder. Todo lo que imaginamos tiende a realizarse, pues la imaginación está en un nivel superior al mundo físico y al mental. Esto explica que los memes (los genes mentales) sean factores replicantes de transmisión cultural. Los memes se transmiten por la imaginación y se reflejan o manifiestan en la mente.
La imaginación es muy poderosa porque proviene del plano más elevado del ser, pudiendo afectar a los planos inferiores (mente consciente, mente subconsciente, sentimientos e incluso nivel físico).
No es correcto hablar del “poder del pensamiento”. El verdadero poder reside en la imaginación.
Cuando nos enfocamos en algo mediante la imaginación, estamos favoreciendo que se manifieste. La imaginación es la herramienta a utilizar para que se manifiesten (o “despierten”) las posibilidades ya existentes (inmanifestadas o “dormidas”) del inconsciente colectivo. Imaginar algo es invocar su manifestación. Como podemos acceder a la fuente ilimitada de posibilidades, podemos decir que somos seres ilimitados. El límite es nuestra imaginación.
Con la imaginación podríamos hacer milagros como: generar nuevas realidades alternativas, hablar lenguas extranjeras, obtener cualquier conocimiento que deseemos, producir fenómenos parapsicológicos como telepatía, telequinesis, visión remota, etc.
Lo que somos actualmente es el resultado de todo lo que hemos imaginado. Y lo que estamos imaginando ahora está creando nuestro futuro. Somos los creadores de nuestro propio universo y de nuestro destino. Debemos tener cuidado con lo que imaginamos porque todo lo que imaginemos tiende a manifestarse. Por la imaginación nos autolimitarnos o nos autoengrandecemos. Cuando somos conscientes de este mecanismo en todo momento tenemos el poder de controlar nuestra vida.
Autoobservación.
Tenemos que “observar” nuestros pensamientos desde el nivel superior del alma.. Nosotros no somos los pensamientos ni tampoco nuestra mente, ni nuestros sentimientos ni nuestro cerebro. Nuestro verdadero Ser está en el alma. Observando nuestros propios pensamientos nos situamos en un nivel superior al mental y conectamos con nuestro Ser y nuestra conciencia. Cuando nos observamos a nosotros mismos, estamos en el alma porque percibimos (el alma no piensa, percibe). Es la “imaginación de uno mismo”. Esto implica un enorme poder. Desde ese nivel, lo que imaginamos tiene una fuerza máxima porque emerge desde lo más profundo de nosotros mismos.
Intuiciones.
Nuestro verdadero ser, nuestro auténtico y profundo “yo” es el alma. Lo más próximo al alma es la mente subconsciente. El alma también se manifiesta en la mente subconsciente mediante las intuiciones. Las intuiciones son mensajes del alma. “La intuición es lo único realmente valioso; es un regalo de Dios” (Einstein).
Creatividad.
La imaginación es la base de la creatividad y la innovación. No puede haber creatividad sin imaginación. La creatividad añade valor. Personas imaginativas y creativas fueron, por ejemplo, Leonardo, Mozart, Einstein y Tesla.
La imaginación es esencial para la resolución de problemas, pues permite verlos desde diferentes perspectivas.
Imaginación y memoria.
Cuando mediante la imaginación concebimos objetos imposibles, propiedades inesperadas o establecemos relaciones absurdas, más impacto tienen y mejor se recuerdan. Esta es precisamente una de las técnicas que se utilizan para memorizar. Ejemplos de relaciones absurdas son: una piscina llena de balones de fútbol, elefantes volando, un reloj blando, un barco con mariposas gigantes en lugar de velas, un autobús de 10 pisos, etc. Dalí y Magritte son ejemplos de artistas con gran imaginación que la reflejaron en sus obras.
Imaginación vs. creencia.
Una creencia es una imaginación persistente. Las creencias son como “atractores” de la imaginación. Creemos lo que es verdad. La verdad es función de la cultura, de la tradición o de la religión.
Hemisferios cerebrales.
El hemisferio izquierdo está asociado a lo consciente, lo racional y al pasado. El hemisferio derecho está asociado a lo inconsciente, a la intuición y al presente, donde no hay tiempo. También está asociado al futuro, cuando visualizamos un objetivo a través de la imaginación. Por lo tanto, la imaginación está relacionada con el lado derecho del cerebro. El futuro está asociado al lado derecho. Si no pudiéramos imaginar lo que queremos hacer, nos quedaríamos paralizados. Todo lo que hacemos ha sido imaginado primero.
La “imaginación activa” de Jung
La expresión “imaginación activa” fue utilizada por Jung para referirse a un método orientado a conectarnos conscientemente con con nuestra verdadera esencia interna, con nuestra naturaleza esencial. Es lo que Jung llamó “proceso de individuación”. Pero en los últimos años de su vida aplicó también este término a un método distinto, un método orientado a la consecución de objetivos personales y, en general, para gestionar el futuro personal.
Las características de la imaginación activa son:
La imaginación activa como técnica de individuación.
El pensamiento sincronístico −la manifestación física y psíquica de un arquetipo− normalmente es subconsciente. La técnica que inventó Jung consistía en hacer que el pensamiento sincronístico fuera consciente. Es una especie de meditación “a lo occidental”, una técnica que puede practicarse en cualquier momento y lugar. La técnica es muy potente y efectiva para relacionarnos conscientemente con el inconsciente colectivo y no es más que la producción de un pensamiento sincronístico realizado de manera consciente utilizando la imaginación.
La imaginación activa para consecución de objetivos.
El inconsciente colectivo nos está influyendo constantemente a través de nuestro subconsciente, pero no somos conscientes de ello. La imaginación activa consiste en producir o generar imágenes de forma consciente para comunicarnos con el inconsciente colectivo y aprovechar todo su potencial para lograr nuestros objetivos, controlar nuestro destino y autorrealizarnos. Jung no hablaba de pronosticar nuestro futuro, sino de crearlo.
A través de la imaginación activa controlamos nuestro destino. Normalmente no vemos nuestro destino porque el destino forma parte de nosotros. “Tu destino es el resultado de la colaboración entre la conciencia y el inconsciente colectivo” (Jung).
Los arquetipos y la interpretación de la realidad.
Un arquetipo es un patrón psicológico (estructural y funcional) que actúa como intermediario entre nuestra mente subconsciente y el inconsciente colectivo. Nosotros adoptamos o elegimos (de manera más bien subconsciente) un arquetipo diferente para cada situación a la que nos enfrentamos. El arquetipo es como un rol, una actitud, un disfraz, un patrón, una máscara social necesaria para poder participar en el juego de la vida.
Un arquetipo es también un paradigma, una cierta forma de ver e interaccionar con el mundo. Es como un filtro, como un cristal de un color determinado a través del cual percibimos la realidad. La realidad la interpretamos. Si interpretamos la realidad de manera diferente, veríamos otra realidad distinta y actuaríamos de forma diferente. Interpretamos la realidad según el arquetipo que adoptamos en cada momento.
Si queremos conseguir determinado objetivo (sincronizándonos con el inconsciente colectivo) mediante la imaginación activa, debemos previamente cambiar el intermediario, el arquetipo capaz de procesar dicho objetivo.
La Sombra.
Para evolucionar, debemos desechar los viejos arquetipos a los que nos hemos encadenado y crear unos nuevos. El conjunto de los arquetipos desechados constituyen lo que Jung denominó “la Sombra”. La Sombra siempre está al acecho, intentando recuperar (por inercia) su papel perdido. La Sombra no se puede eliminar, sólo podemos controlarla. La Sombra es necesaria para evolucionar. Para evolucionar y alcanzar el reino interior, debemos adoptar el arquetipo del Héroe, que controlará la Sombra para poder alcanzar su destino. Dentro de ese reino interior está el tesoro, la libertad, el poder y la verdad. El reino interior maravilloso al que pretendemos llegar está verdaderamente en nuestro interior, aunque protegido por multitud de fantasmas (la Sombra).
El Mundus Imaginalis de Henri Corbin
El filósofo francés Henri Corbin, gran estudioso de los textos árabes y persas, experto en sufismo y misticismo persa, ha trasladado a Occidente el concepto islámico de mundo imaginal.
El Mundus Imaginalis (mundo imaginal).
Es un mundo intermedio entre el mundo espiritual y el mundo material, como en la cosmología neoplatónica. Este mundo intermedio tiene su propia topografía consistente. Está influenciado constantemente por los dos mundos extremos: el físico y el espiritual.
Este reino se comunica con los seres humanos mediante imágenes.
Es el mundo donde moran los arquetipos, en donde suceden los saltos creativos y sincronísticos, y en donde suceden las experiencias trascendentales.
Es un mundo habitado por seres (dioses, ángeles y dáimones) que actúan como mediadores entre el mundo spiritual y la humanidad.
El mundo imaginal es más real que el físico porque es un mundo superior al mundo material.
Lo imaginal es lo que los teósofos del Islam designan como “octavo clima” (los 7 climas se refieren a la geografía tradicional) o “Na-koja-Abad”, expresión persa que significa “la tierra de ninguna parte”. El órgano que percibe esta realidad es la conciencia imaginativa o la imaginación cognitiva. Lo imaginal es un lugar donde están todas las cosas, pero no es un lugar concreto. Es un mundo interior, más allá de la realidad externa. Es un mundo superior que tiene extensión, dimensiones, formas y colores. Es un mundo intermedio inmaterial, de cuerpos sutiles, pero perceptible.
Corbin está en la línea de los seguidores de Platón, incluyendo a Plotino, Jámblico, Ficino, Jung y Hillman. Todos ellos creían en el alma del mundo.
Corbin distingue entre lo imaginario y lo imaginal. Lo imaginario son las fantasías que producimos en el estado de vigilia; es lo opuesto a lo real, es decir, lo irreal o utópico (lo que no tiene localización). En cambio, lo imaginal son los contenidos del Mundus Imaginalis, que son contenidos reales.
La imaginación activa.
Corbin también utilizó la expresion “imaginación activa”. La pudo haber tomado de Jung o haberla acuñado de manera simultánea. Para Corbin, la imaginación activa es un método de acceso, percepción y exploración del mundo imaginal. Es la vía para viajar a otras dimensiones y realidades superiores de forma instantánea, pues la imaginación no está restringida por el espacio o el tiempo. La imaginación activa conecta los mundos objetivo y subjetivo, lo literal y lo espiritual. “La imaginación activa no es una teoría, es una iniciación a la vision”.
Mediante la imaginación activa es posible producer cambios en el mundo físico. Lo que llamamos “milagro” es el resultado de traer el poder espiritual al mundo material, trascendiendo las relaciones causa-efecto.
La Psicología Arquetipal de James Hillman
James Hillman ha renovado y reinterpretado la concepción junguiana de los arquetipos. Es el creador de la llamada “psicología arquetipal” (también llamada “psicología imaginativa”), una de las tres corrientes post-junguinas en las que derivó la psicología analítica de Jung. Las otras dos son la escuela de Zurich (también llamada clásica u ortodoxa) y la escuela evolutiva.
Hillman, al contrario que Jung, utiliza un enfoque más fenomenológico que analítico, dando relevancia a las imágenes concretas, más que a los patrones psicológicos. La psicología arquetipal es una psicología basada en el alma y en su actividad primaria, que es la imaginación.
El alma y la imaginación.
El alma es posibilidad imaginativa. El alma se expresa en imágenes, sueños, fantasías, mitos, metáforas, especulaciones, etc. El alma fantasea con imágenes. Las ficciones míticas estimulan la imaginación. El “más allá” es una región mítica accesible a la imaginación.
No se puede definir la imaginación de manera formal. No se puede conceptualizar porque la imaginación está en un nivel superior al mental. Las imágenes no se pueden reducir a conceptos.
La imaginación y la imagen es todo. No hay nada a lo que puedan reducirse.
La imagen posee una radical polisemia y está por encima de cualquier concepto. El alma no puede ser aprehendida, capturada o reducida por el Logos. La psicología no debe buscar un Logos del alma.
Alma del Mundo.
Hillman adoptó el antiguo concepto de Anima Mundi (Alma del Mundo), un concepto que surgió en la antigua filosofía griega (Platón y otros filósofos) y fue asumido por la tradición renacentista (Marsilio Ficino y el neoplatonismo italiano). El Anima Mundi es la totalidad del universo concebido como un organismo, un ser viviente dotado de alma e inteligencia que contiene y conecta a todos los seres vivientes, una unidad en la que todos sus elementos están entrelazados. Otras interpretaciones de Anima Mundi son: la “forma” del universo, la realidad última y trascendental, la esencia común de todas las cosas del universo, la psique del mundo, la correspondencia universal entre microcosmos y macrocosmos, la unidad suprema, el primer principio orgánico del universo, etc.
Todo está animado, todo posee alma: las rocas, los árboles, las calles, los peces, los muebles, etc. Todo participa del Alma del Mundo.
Percibimos el Alma del Mundo a través de la imaginación. Los objetos y los eventos se manifiestan como almas al contemplarlos, al llevarlos a nuestro interior. “La psique incluye al mundo”.
El Alma del Mundo es la suprema fuente de liberación y curación mental. Hay que imaginar el Alma del Mundo como una chispa del alma, una imagen seminal que se ofrece a través de cada cosa en su forma visible.
Mundo imaginal.
El Mundo Imaginal es el lugar donde residen los arquetipos, las estructuras fundamentales del alma, que trascienden el mundo de los sentidos.
Metáforas.
Toda imagen es profundamente metafórica. Todo contenido psíquico se reduce a imágenes metafóricas. Hay que metaforizar, desliteralizar, la realidad. Hillman lo denomina “revisionar”. El objetivo no debe ser hacer consciente lo inconsciente, sino metaforizar lo literal, transferir lo real a lo imaginal. Hillman renuncia así al proceso de individuación junguiano.
Debemos movernos hacia una forma de hablar metáforica. Las palabras debemos considerarlas metáforas, usarlas como ambigüedades, con su misterio original. El lenguaje es multi-nivel y multi-significado.
Lo imaginal es la realidad.
Cualquier fenómeno externo o interno adquiere “realidad” cuando se constituye como imagen. Las imágenes constituyen la única realidad que aprehendemos directamente. Las imágenes son reales, tan reales como las entidades físicas.
La imaginación es la intermediaria entre mente y cuerpo, entre persona y Alma del Mundo, entre consciente e inconsciente.
La realidad siempre se contempla a través de unas gafas, un punto de vista. Cambiando el punto de vista mediante la imaginación, podemos ver la realidad de otra manera.
Experiencia.
El alma convierte los eventos externos en experiencias internas. Desde el alma se profundiza en la experiencia. Se “hace alma” al vivir, al experimentar.
Una buena imagen es la que hace parar temporalmente el movimiento psíquico y nos produce mayor interiorización por su poder metafórico, numinoso, mítico o arquetípico. La belleza está en todas partes, en la naturaleza y en las ciudades. Las ciudades tienen alma, pues viven patrones arquetípicos.
Libertad.
La imaginación es algo activo e ilimitado. La imaginación es libertad. Con la imaginación podemos explorar y experimentar la realidad psíquica. Las actividades psicológicas pertenecen al reino de las imágenes.
Significado y conocimiento.
La imaginación es la clave para encontrar sentido a la totalidad de la vida. Hay que buscar en los acontecimientos imágenes que generen significado. El alma hace posible todo significado. Todo conocimiento solo se puede adquirir a través del reconocimiento de las imágenes.
Las categorías conceptuales no son producto de nuestra imaginación individual sino de una imaginación consensuada por la cultura social.
El “yo”.
Hay que relativizar el “yo”, pues en última instancia es solo una imagen. El “yo”es una de las fantasías psicológicas imaginativas, entre muchas otras.
Hillman rechaza la noción junguiana de “Self”, del “yo” profundo. Según Hillman, el Self está más allá del individuo, es la interiorización del dios invisible. En lugar del Self, Hillman prefiere referirse al alma, la metáfora raíz de la psicología.
Para comprender la psique, hay que explorar las imágenes y describirlas, no analizarlas, ni explicarlas ni racionalizarlas ni convertirlas en conceptos o ideas, pues todo análisis implica reduccionismo y nos conduce a lo superficial. Las imágenes cobran significado y nos llevan a lo profundo cuando se las contempla sin analizarlas. La fuente del verdadero conocimiento no es lo racional, sino el mundo de las imágenes en el que el “yo” habita. Debemos estar en el mundo más con el corazón (lo intuitivo y lo profundo) que con la cabeza (lo racional y superficial).
Psicoanálisis.
El psicoanálisis no debe fundamentarse en lo pasivo y limitado del reduccionismo de las interpretaciones y diagnósticos. Debe fundamentarse en la imaginación, que es el lenguaje del alma y el motor de la vida psíquica. El psicoanálisis no es una ciencia, sino un arte, una actividad o visión estética, metafórica y poética. El objetivo del psicoanálisis no es buscar respuestas y soluciones a problemas, sino en profundizar nuestra experiencia en los propios problemas.
Arquetipo.
Hillman rechaza el término “arquetipo”, pero conserva el adjetivo “arquetípico”. Y rechaza la distinción entre arquetipo e imágenes arquetípicas, porque a nivel psíquico solo se encuentran imágenes. Lo arquetípico es un calificativo que puede ser aplicado a cualquier imagen.
La psicología arquetipal trabaja con imágenes (a menudo míticas) que generan significado o alma. Arquetipal es sinónimo de imaginal.
Psicología tradicional vs. Psicología arquetipal.
La psicología tradicional se basa en considerar el mundo como algo externo al sujeto. Es una visión dualista: el mundo como no-yo. También considera que las cosas están muertas, pues no experimentan sensaciones, no tienen memoria ni intencionalidad.
La psicología arquetipal se basa en el alma y la imaginación. El alma es la raíz metafórica de la psicología.
Trastorno y terapia.
El supuesto trastorno de un paciente no está en él mismo, sino en el mundo, que necesita atención terapéutica. Son las cosas las que han adquirido psicopatología.
Toda terapia debe basarse en la imaginación, para que podamos ver de manera diferente los mismos viejos problemas. Hay que realizar una “terapia de las ideas”. Las ideas que tenemos y que no sabemos que tenemos, nos tienen a nosotros.
El alma también se manifiesta en la psicopatología, en los síntomas de los desórdenes psicológicos. La enfermedad es una parte vital en el camino del alma.
La psicopatología es un estado del ser, una ontología del alma. Los síntomas son el habla del alma. El propósito de la terapia es el cultivo del alma. No hay que aplicar un modelo causal y analizar las causas. La conexión entre el alma y las cosas se encuentra en los síntomas. La patología nos conduce a siempre a terrenos desconocidos. A través de la patología encontramos la salvación.
Contemplando las imágenes, prestándolas atención, acontece un proceso terapéutico que Hillman denomina “creación de alma”, una profundización del alma en experiencia y significado.
Sueños.
Los sueños no hay que analizarlos. Los sueños nos indican donde estamos, no qué hacer. El sueño es el modelo básico de la psique.
Disciplina suprema.
Para Hillman (como para Hegel), la psicología es la disciplina suprema, pues se ocupa no solo de la psique de la humanidad, sino del Alma del Mundo, del alma que está en el núcleo de todo significado y del alma que se manifiesta en toda actividad humana. La psicología no puede considerarse una ciencia separada y distinta de la literatura, arte, filosofía, política, religión, ciencia natural, etc., porque todas estas disciplinas surgen de la imaginación.
Imágenes y visualización.
Las imágenes no son necesariamente visuales, es decir, no necesitan ser vistas. La noción de “visibilidad” tiende a literalizar las imágenes. Las imágenes no son cosas que se ven, sino que son una perspectiva, una forma de ver. La imaginación es una forma de ver más que algo visto. Uno no ve una imagen, sino que más bien ve mediante imágenes.
Fantasy vs. Phantasy.
Hay que distinguir entre “fantasy”, que es la imaginación del sueño despierto, de “phantasy”, que es la actividad imaginativa que subyace a todo pensamiento y sensación.
Creatividad.
El proceso creativo es realmente un nombre equivocado porque la creación está terminada, pues todo lo que hacemos es manifestar lo que ya existe. No creamos soluciones a los problemas, solo estamos manifestando algo ya existente.
Independencia.
Las imágenes son compartidas, pertenecen a la esfera pública. Las imágenes son independientes de la imaginación subjetiva que las percibe. Las imágenes hablan por sí mismas, y no pueden ser codificadas en un esquema literalizado de comprensión. Las imágenes son autónomas y operan de acuerdo con su propia voluntad, a su propio ritmo, en su propio contexto.
No persistencia.
Un objeto imaginado no persiste como un objeto normal percibido. Tenemos que re-imaginar constantemente el objeto para mantenerlo en nuestra mirada mental.
No símbolos.
El objetivo de la psicología arquetipal no es el símbolo, sino la imagen, puesto que los símbolos solo pueden aparecer en imágenes y como imágenes. Los símbolos son abstracciones de la psique. Las imágenes no son símbolos ni representaciones.
Corazón y estética.
El alma está localizada en el corazón, la sede de nuestros sentimientos. El corazón piensa estéticamente. Es el corazón lo que nos permite sentir el mundo e interactuar de una manera significativa.
Es la estética lo que mueve al corazón. El corazón es el órgano que percibe la belleza y lo sagrado. La psicología debe aproximarse al alma a través de la estética, desde una perspectiva que aprecie la belleza. La belleza es la teofanía suprema, la auto-revelación divina. La belleza es la manifestación del alma.
No dualidad.
No hay dicotomía entre lo consciente y lo inconsciente. Las imágenes y la imaginación engloban lo subjetivo y lo objetivo, lo humano y lo divino, lo individual y lo colectivo.
El “oposicionalismo” es el hábito de pensar en términos de oposicines o dualidades. Esto es literalizar lo imaginal. La forma de superar el oposicionalismo es abandonar el modo literal de ver, conocer y ordenar. Es estéril la práctica de categorizar y etiquetar las cosas. La psicología está enferma de literalismo.
No principios.
La psicología arquetipal no es un sistema cerrado de ideas, no hay dogmas ni principios fundamentales. Es un sistema abierto a especulaciones y puntos de vista, sobre la base de la imaginación y sus infinitas posibilidades. Por lo tanto, hay potencialmente muchas psicologías arquetipales.
Hillman sugiere un paradigma politeista frente al monoteismo, que lo identifica con lo literal, lo racional y científico. No es partidario de la unificación, de un saber único, pues lo considera totalitarismo. Se identifica con la diversidad, con lo que él denomina “politeismo”, pues “allí donde impera un Dios único no hay espacio para la polémica”. Según Hillman, toda imagen está habitada en sus profundidades por un dios y tiene telos (un objetivo, un fin). El telos se expresa mediante el movimiento de la imagen, un tipo de manifestación del dios interno, movimiento que hay que seguir sin analizar. Cada dios tiene su propia esfera de conciencia.
Potencial de posibilidades.
Hillman, en sus obras emblemáticas “El Código del Alma” [1998] y “Re-imaginar la psicología” [1999], explica su “teoría de la bellota” del alma. Cada individuo dispone de un potencial de posibilidades, del mismo modo que una bellota contiene el patrón potencial de un roble. Hay una energía del alma única dentro de cada ser humano, que se despliega a lo largo de su vida.
Patrick Harpur: la imaginación es la realidad
El filósofo inglés Patrick Harpur ha adquirido notoriedad con su obra “El fuego sagrado de los filósofos. Una historia de la imaginación” [2006]. Según Harpur, con el racionalismo cartesiano vino la literalización de la realidad y una visión del mundo, considerada como la única y verdadera realidad. Pero esta visión es solo una visión, no el mundo. Hay muchas formas de contemplar el mundo.
Desde la antigüedad, el mundo se consideraba que estaba animado. Era el Anima Mundi. El alma participaba del alma del mundo porque estaba conectada. Entonces no había distinción entre lo físico y lo psíquico. Descartes separó sujeto (animado y pensante) de objeto (inanimado y no pensante). El racionalismo se ha empeñado en negar toda actividad mental no racional.
Todo participa del alma del mundo.
Solo es posible contemplar el mundo desde una perspectiva imaginativa, una perspectiva que suele estar asociada con el mito imperante en la cultura en la que estamos inmersos.
El mundo en que imaginamos que estamos es solo una de las infinitas maneras en que el mundo puede ser imaginado.
De la imaginación brotan todos los mitos y todos los arquetipos. Los mitos son plantillas imaginativas que dan sentido al mundo.
La imaginación es la realidad. De la imaginación procede todo.
La psicología es el mito de la modernidad. La mitología es el mito de la antigüedad.
La ciencia es superficial, racional y literal. Lo imaginativo es lo profundo, lo intuitivo, lo metafórico y lo daimónico.
Matemática e imaginación
El aprendizaje de la matemática implica el desarrollo de un tipo particular de imaginación: la imaginación matemática. “La imaginación y la matemática no se contraponen; se complementan como la llave y la cerradura” (Borges).
La imaginación es fundamental en matemática para crear nuevos mundos abstractos y producir creatividad. La imaginación también está presente implícitamente en:
Los números irracionales. Son imaginarios en el sentido de que hay que apelar a la imaginación porque no los podemos capturar o racionalizar o acceder o representar. No podemos representar desde lo superficial (nuestro sistema de representación numérica) lo profundo. Los números irracionales pertenecen a un reino trascendente e imaginario.
El infinito. También hay que apelar a la imaginación porque trasciende el mundo accesible a la razón, que es lo finito. El infinito toma muchas formas: los infinitos términos de una serie, de una secuencia, el infinito numérico, lo infinitamente pequeño, etc.
Informática e Imaginación
Imaginación artificial
La imaginación artificial, también llamada “imaginación sintética” o “imaginación mecánica” es una simulación artificial de la imaginación humana mediante ordenadores de propósito general. Entre las características que se pretenden simular están: la creatividad, la visión y audición artificiales, el arte digital, las emociones, etc. Se trata de que los ordenadores sean capaces de crear automáticamente nuevos escenarios o nuevos mundos atractivos para el aprendizaje y el entretenimiento.
MENTAL y la Imaginación Abstracta
Mundo imaginal y expresiones posibles
El mundo imaginal es el conjunto de todas las imágenes posibles a las que podemos acceder. Estas imágenes ya existen y están en una dimensión superior al espacio y al tiempo. Todo lo imaginable ya existe, aunque en otra dimensión: la dimensión imaginal. Las imágenes no se crean. Lo que hacemos al imaginar es contactar con imágenes preexistentes. No podemos imaginar lo que no pertenezca al mundo imaginal.
Análogamente, todas las posibles expresiones (bien formadas) que pueden formarse con MENTAL ya existen potencialmente, ya existen en , el universo formado por las infinitas expresiones posibles, el universo expresivo absoluto. Cuando hacemos referencia a una expresión, estamos visitando algo ya existente. Para describir algo, realizar una operación o resolver un problema, lo que hacemos es seleccionar entre las expresiones ya existentes. Las evaluaciones de las expresiones son, en general, trayectorias dentro del espacio universal de las expresiones, trayectorias que también existen previamente. Un ejemplo ilustrativo es el de los números naturales que ya existen y que “visitamos”.
La imaginación en MENTAL
Como no se puede pensar sin imaginar, se plantea la cuestión sobre qué tipo de imaginación está implicada en MENTAL.
Cuando estamos utilizando (manifestando) los arquetipos primarios de MENTAL, estamos evidentemente pensando y también estamos empleando la imaginación. En este caso, es imaginación abstracta o primaria, una imaginación que es de tipo metafórico.
MENTAL es una re-imaginación arquetipal y metafórica de la ciencia. Permite ver de manera diferente los viejos problemas al contemplarlos desde un punto de vista superior, arquetipal e imaginativo. Es una “terapia de las ideas”, como dice Hillman.
MENTAL es la Carta Magna de los mundos posibles, que son mundos imaginativos.
MENTAL es un lenguaje que opera desde lo intuitivo (donde moran los arquetipos primarios) hacia lo racional. Estar conectado con los arquetipos nos hace ser más conscientes de la estructura de la realidad y de los mundos posibles.
MENTAL es la estructura profunda de la imaginación. MENTAL es la estructura común de todos los contenidos imaginativos.
MENTAL es una forma profunda de ver y contemplar el mundo. Hay que contemplar el mundo desde lo profundo: lo imaginativo, lo intuitivo y lo metafórico.
Lo literal, lo racional y lo real es lo superficial. Lo profundo es lo metafórico, lo intuitivo y lo imaginativo. En lo profundo está la verdad.
Los arquetipos primarios apelan necesariamente a la actividad imaginativa. En primer lugar porque son arquetipos de la conciencia (una facultad del alma) y porque la conciencia necesita revestirse de imaginación, que es de tipo metafórico o abstracto.
MENTAL es la “bellota” de Hillman, el Big Bang mental del que surgen los mundos posibles.
Para programar hay que imaginar el objetivo, es decir, utilizar la imaginación activa, la imaginación como facultad combinatoria o relacional. La imaginación en MENTAL son posibilidades combinatorias puras.
La imaginación activa y la analogía mente-ordenador
Dentro del contexto de la imaginación activa como método para consecución de objetivos, existe una clara analogía entre la mente y el ordenador. Las correspondencias serían las siguientes:
El inconsciente colectivo es la fuente universal de energía.
La mente subconsciente (o incosciente personal) es la energía del ordenador.
El “yo” es el núcleo del sistema operativo.
Los arquetipos primarios son las instrucciones del ordenador.
Los objetivos, los pensamientos sincrónicos conscientes (imaginación activa) son los programas del ordenador. Imaginar es programar nuestro subconsciente para que se manifieste lo que imaginamos.
El tipo de arquetipo que adoptamos en cada momento, para que se pueda procesar el objetivo correspondiente, se corresponde con el grado de libertad que debemos elegir para que se pueda implementar y ejecutar el programa.
Además, el ordenador es el medio en el que podemos aplicar la imaginación para crear todo tipo de arquetipos virtuales (entornos, objetos y relaciones): crear mundos con leyes diferentes, crear objetos imposibles, volar, realizar atajos espacio-temporales instantáneos, modificar propiedades globales, etc. El límite es la imaginación. En el ordenador no hay limitaciones. El ordenador es un espacio de libertad.
Persona
Ordenador
Inconsciente colectivo
Fuente de energía universal
Inconsciente personal
Energía del ordenador
Yo
Hardware
Arquetipos primarios
Instrucciones
Objetivo
Programa
Adenda
La imaginación activa como proceso de individuación
La imaginación activa junguiana es un método de exploración interior, un camino para descender al inconsciente, a lo más profundo de uno mismo. Se realiza mediante un diálogo o negociación con el inconsciente, para ganar conocimiento de nuestros arquetipos, controlar las tensiones internas y alcanzar el equilibrio. Jung describe la imaginación activa como “una discusión dialéctica con el inconsciente para llegar a un acuerdo con él”.
La imaginación activa es autorreferencial, es comunicarnos con nosotros mismos. Es como soñar despierto, pero no se trata de sueño, sino todo lo contrario. Decía Jung: “Quien mira hacia fuera, sueña, quien mira hacia dentro, despierta”.
El objetivo final es lograr la individuación, es decir, lograr lo in-dividido, la unión del consciente y el inconsciente. Según Jung, este proceso de individuación es un proceso descendente en espiral inacabable, porque nos internamos en un campo donde no existe el tiempo ni el espacio.
El método junguiano consiste en los siguientes pasos:
Primeramente, relajar el cuerpo y calmar la mente (por ejemplo, por autopercepción del cuerpo y la respiración).
Concentrarse en alguna imagen (procedente del sueño o de la fantasía o visualizada espontáneamente).
Observar, dejarse llevar, sumergirse de forma consciente en las transformaciones que tienen lugar en la imagen o las informaciones que afloran del inconsciente. Hay que observar lo que ocurre internamente como si se tratara de fenómenos objetivos. Y hay que mantenerse en actitud acrítica, sin prejuicios intelectuales ni éticos. No hay que analizar intelectualmente nada. Hay que ocuparse, no preocuparse. La preocupación activa los pensamientos conscientes y nos aleja de nuestro vínculo con el inconsciente colectivo.
Posteriormente, o al mismo tiempo, verter a nivel externo esas vivencias internas mediante alguna expresión (tomando notas, realizando dibujos, etc.).
Según Barbara Hannah, discípula y colaboradora de Jung, Jung “descubrió” (no “inventó”) la imaginación activa, porque ésta es una forma de introspección que el hombre ha usado desde siempre, pues la tendencia innata de la psique es dirigirse hacia su centro, su yo interno. La imaginación activa es descendente. La imaginación pasiva, en cambio, es ascendente: corresponde a los procesos imaginativos que tenemos de forma inconsciente y que afloran al consciente sin control alguno por nuestra parte.
Los escritos de Jung sobre la imaginación activa
La imaginación activa como proceso de individuación fue practicada por Jung, por sus discípulos y sus pacientes, recomendándola hasta el final de su vida. Empezó a trabajar en ella en 1912, aunque el nombre de “imaginación activa” fue posterior (1935). En muchos de sus escritos se refiere a la imaginación activa, pero es en “Mysterium Conjunctionis” −considerada por los junguianos como su obra principal− donde Jung explica ampliamente su método.
La imaginación activa, como técnica de consecución de objetivos y control de nuestro destino, no aparece en ninguna obra oficial de Jung. Solo dejó manuscritos y dibujos en los llamados “Libro Rojo” y “Libro Negro”, escritos durante sus últimos años de su vida (que fueron los más fructíferos), custodiados por sus colaboradores más próximos y escasamente divulgados. Una reciente divulgación de esta teoría “secreta” se encuentra en el libro “El Efecto Mariposa” [de Saint-Aymour, 2007].
La imaginación activa para consecución de objetivos individuales
Para lograr objetivos individuales y configurar nuestro futuro, debemos conectarnos, sintonizar con el inconsciente colectivo mediante la imaginación activa. Como todo existe ya simultáneamente, ya existe una versión paralela de ti mismo con el objetivo ya alcanzado. Lo único que tenemos que hacer es favorecer su manifestación. Para ello, hay que realizar los siguientes pasos:
Establecer con claridad el objetivo que se desea conseguir.
El objetivo puede ser a corto, medio o largo plazo.
Un objetivo a corto plazo podía ser conseguir la casa que deseo. Un objetivo a largo plazo podría ser, al comenzar unos estudios de varios años, terminarlos con éxito. Un objetivo a largo plazo puede subdividirse en varios subobjetivos.
El objetivo debe ser posible, aunque lo veamos difícil de alcanzar.
El objetivo puede tener relación incluso con nuestro cuerpo físico. Por ejemplo, adelgazar.
Elegir el arquetipo más adecuado respecto al objetivo que se desea conseguir.
El arquetipo es la infraestructura psíquica necesaria para que se pueda manifestar el objetivo. Puede ser tu arquetipo actual, pero en general habrá que cambiar de arquetipo para que el objetivo “encaje” en tu entorno psíquico personal.
Interiorizamos para aquietar la mente. Se pueden aplicar diferentes técnicas, pero la más efectiva de calmar la mente es observarla desde el alma. Nos situamos en el nivel superior del alma contemplando nuestra mente. Por el solo hecho de contemplar o percibir, los pensamientos se retiran. En general, cuando percibimos estamos en el nivel del alma, pues en el alma no hay pensamientos.
Utilizar la imaginación visualizando internamente el objetivo y el arquetipo elegidos.
Hay que enfocarse en el objetivo, sin realizar esfuerzo alguno para que suceda lo que deseamos. Basta el poder de la imaginación. Todo en el universo se realiza sin esfuerzo. Hacer esfuerzo implica asumir que existe una distancia entre nosotros y el objetivo. Es precisamente el esfuerzo lo que nos mantiene separados del objetivo.
Hay que imaginar el objetivo como si ya se hubiera conseguido. Es la psicología “como si”. Es traer el futuro al presente. Durante la vigilia, mantener el objetivo en la mente de forma constante y continua, pero sin forzar, como una imagen de fondo.
Hay que tener una actitud de fe total y absoluta, de creer firmemente de que el objetivo ya se ha conseguido. La duda nos instala en la mente y nos separa de la imagen del objetivo. Si somos capaces de instalarnos en el alma, no hay necesidad de mantener la fe porque en el alma el objetivo ya se ha realizado. La fe queda reemplazada por la certeza, certeza que traerá la liberación del esfuerzo.
Hay que visualizar el objetivo desde todos los ángulos posibles. Si la visualización es dinámica, mejor.
Si añadimos sentimiento a lo que deseamos, la energía que emitimos es más grande. De todos los sentimientos posibles, el amor es la energía más poderosa, lo que conecta más profundamente con todo. El amor es el nivel de la unidad, de la no dualidad, donde el ser individual se convierte en una réplica fractal completa de la totalidad.
El último paso consiste en estar atentos a la respuesta del inconsciente colectivo, que tiene que reestructurarse o reorganizarse automáticamente para que se manifieste lo que hemos imaginado. Nosotros ponemos el “qué” y el inconsciente colectivo responde con el “cómo”.
Debemos de estar atentos a la posible aparición de hechos sincrónicos, como respuesta a nuestra actividad imaginativa. También debemos ser conscientes de las intuiciones (los mensajes del alma) que recibimos a través de nuestro subconsciente. Las intuiciones que percibimos nos conectan más profundamente con el objetivo.
Otros temas de la imaginación activa
El efecto Isaías.
Los manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrám llamados así por haberse encontrado los primeros rollos en una gruta situada en Qumrám, a orillas del Mar Muerto son una colección de casi 800 escritos en hebreo y arameo por los esenios, una comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo. Uno de esos rollos, atribuido al profeta Isaías, habla de la manera de orar de los esenios, una manera de orar diferente de la actual. En lugar de pedir “algo”, los esenios visualizaban lo que querían conseguir como ya logrado y realizado. Lo describe Gregg Braden en su libro “El Efecto Isaías. Decodificando la perdida ciencia de la oración y la profecía”.
PNL (Programación Neurolingüística).
La PNL también utiliza esta técnica de visualización para conseguir cualquier objetivo. En esta técnica, la palabra desempeña un papel fundamental para crear la realidad.
Terapia.
La imaginación activa se está utilizando en medicina para curar o aliviar enfermedades, visualizándose el enfermo como ya curado.
Deportes.
En los deportes es frecuente ver a corrillos de jugadores (por ejemplo, en rugby y baloncesto) visualizando la estrategia a aplicar e imaginándose vencedores antes de un partido. También en deportes individuales (como salto de longitud, de altura, de pértiga, etc.) el atleta realiza ejercicios de visualización o simulación, pues no se puede realizar el salto sin haberlo visualizado antes con claridad. También es una técnica que utilizan los entrenadores para motivar a los jugadores.
“El Secreto”, de Rhonda Byrne.
Rhonda Byrne, la autora de “El Secreto”, afirma que “lo semejante atrae a lo semejante” (la ley de atracción) y “los pensamientos positivos atraen lo positivo y los pensamientos negativos lo negativo”.
En realidad, no se trata de pensamientos (actividad de la mente), sino de la imaginación (facultad del alma), que está en un nivel superior. El “Secreto” no es la Mente Universal, sino la imaginación.
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